miércoles, 5 de octubre de 2011
Andreu Lacondeguy
El hermano pequeño de los Lacondegui (Llinás del Vallés, Barcelona. 12-1-1989) ha reventado en 2007. Junta a su hermano Lluis se ha convertido en rider profesional y los resultados no han tardado en caer: 1º en el Marzocchi Airdrome, 2º en el Red Bull District Ride (Catania y Nüremberg), Austrian King of Dirt, Red Bull Trailfox, Braun 26TRIX… Y apariciones en los mejores vídeos como en el “New World Disorder 7”.
Andreu es insultantemente joven pero no es nuevo en esto. Lleva montando desde los siete años en su pueblo, y pronto empezó a competir. “Comenzamos con el BMX Race, que para mí es la mejor base, porque te enseña a pedalear y a saltar a la vez”. A los 12 ya le daba al descenso pero pronto comenzaron también con los saltos en dirt porque “nos gustaba sacarnos nuestros trucos y, además, teníamos más independencia, porque en el descenso siempre dependíamos de nuestros padres”.
Pero esa evolución vertiginosa nunca habría sido posible sin salir de casa. “Primero empezamos a salir a Francia, y ahora hemos estado en EE.UU. No queríamos que los saltos se nos quedasen pequeños, así que nos marchamos unos meses a California, donde están todos los pros de BMX y los mejores trails del mundo”. Allí montan a diario con Corey Nastazio y otras estrellas internacionales, con interminables sesiones de campillo entre la disciplina del entrenamiento y el buen rollo de una pandilla de amigos. “Todos nos conocemos y hay muy buen rollo. Además nos vemos en todas las competiciones, así que si alguien saca un buen truco te alegras aunque quede por delante del tuyo”. La experiencia ha sido tan buena que Andreu y Lluis cogerán una casa en Riverside (California) junto al rider inglés Lance McDermott.
Tras terminar sus estudios de ESO, Andreu se centra ahora en su carrera de rider. Competiciones y largos viajes continuos (“y eso que odio los aviones”).
Tantas victorias, nuevos sponsors y tanto ruido han aumentado la presión sobre los hombros del catalán. “No pienso en eso. Cuando monto en bici sólo pienso en mi siguiente truco. Cuando acabo la ronda, levanto la vista y es cuando me doy cuenta de todo lo demás”, cuenta.
Ese puede ser parte del talento de Andreu. Aunque su éxito se base en que siempre va a tope. “No sé montar tranquilo. Siempre arriesgo, así que si hay tres rondas, en dos me caigo y la otra me sale perfecta. Siempre doy más de lo que puedo”.
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